miércoles, 19 de diciembre de 2007

If Death Shall Come Forth to My Side

(Finished text; shown at the Dylan Thomas Festival in Wales.)



If death shall come forth to my side
Take me by the hand, and lead me where you are,
Would you ask me to stay, and wait behind?
Would you tell me not to go gentle into that good night?
But our feet shall linger upon the Elysian Fields,
And you’ll be king among the flowers,
Prince among the horses of the riders of our doom,
And I shall dance by the lover’s tomb (a Fern Hill queen!)
Under a proud, silent, raging moon,
Fairy demons glide, carrying our names—
Under a shower of all these tortured years—
Here, in the dominion of the shadow
Where we shall wait,
Wait—
Rage—
Rage as flores ansiadas, et poètes maudites,
Expect our father, there on the sad height,
To either curse or bless with his fierce acid rain tears,
On the winged creatures carrying
The day, the October night
When the towering dead, broken, as one
Laid their last blood-red breath upon the land—
And softly joined the dying of the light.

lunes, 26 de noviembre de 2007

The Farewell

(Finished text.)



Falling on, falling over, falling apart—
Maybe I should tell you to reach for me
Why don’t you come on, though the flight
--of stairs—
It seems so long, then short,
And we both just play our part
We’re not worried, it’s all right
--or it’s all a trick of the light—
Are we now where we are supposed to be?


Here, it’s all deserted
Here.
I could say many things before I feel I’m dead
But I’d rather let him say it all instead
Here, the flies buzz in your ears.
Hear the flies buzz in your ears
--Here, hear, here!—
Stay silent while Jack White sings
It doesn’t matter if your name is
His name, Meg or Suzy Lee—
Is this the way we’re supposed to be?


Stay, you say, so? I’m not leaving
--maybe I could be gone tomorrow
But you would blame the way I’m living—
Let’s play God and call this sorrow
Or say we can get through all this
But we’re not supposed to do it
Nor supposed for anything…


Is this the way it was all meant to be?

lunes, 19 de noviembre de 2007

Telón

(Texto terminado.)



Se abre el telón. El espectador disfruta una pieza teatral llena de música y bailables. Sale; es tarde, pasa por un callejón oscuro. Ahí hay un ladrón quien le exige la cartera o la vida. El hombre se niega y el ladrón le dispara.

Telón.

La joven se queja con su novio de que la llevó a ver una obra muy violenta. El final del ladrón no le gustó nada. Él, sin pensar, le dice que ella no aprecia el buen arte. Ella se enoja aún más; viejos rencores comienzan a salir por su boca. Él intenta disculparse; en vano. Ella se va y él se queda observándola hasta que desaparece.

Telón.

El viejo acaba de leer la obra que habla de este amor perdido y va hacia su ventana, apoyándose en el barandal de su balcón. Por la calle, una joven hermosa, vestida con un atuendo ligero, camina despreocupadamente. El viejo se recarga en el barandal para verla antes de que doble la esquina; el barandal, oxidado y maltratado por los años, cede bajo su peso y el viejo cae desde el tercer piso.

Telón.

Dios observa todo lo que pasa en el teatro del mundo. El viejo le ha llamado la atención. Quiere un momento solo para reflexionar sobre estas situaciones en el escenario que ha creado, mas en ese momento llega un ángel y le anuncia que ha habido un golpe de estado; tienen que huir a cielo alto, paro ya es tarde: los demonios han llegado y conquistan el trono supremo.

Telón.

El escritor observa el borrador que marca el argumento de esta obra. Lo convence el hecho de que no es buena, la rompe y la tira a la basura.

Telón.

martes, 6 de noviembre de 2007

Empty

(Finished text.)


I hold no passions.
It’s just this unnatural feeling of peace—
Blank, perhaps empty. Strange, strange indeed—
Not mistaken. Maybe blind, or maybe
Going beyond the nature of things—
Everyday things or never imagined—
Left way behind
With their shadows—
In this unnatural feeling of peace—
I hold no passions.

martes, 30 de octubre de 2007

Las Tijeras

(Texto publicado en la revista virtual Los Memoriosos, de la Preparatoria Tomás Alva Edison, #4, enero del 2005.)



¡Maravillosa, simplemente maravillosa! Es así como me veo blandiendo mis tijeras filosas en tu espalda. Ah, ¿te preguntas por qué están sucias? No sé, ya perdí la cuenta de las veces que las he clavado. Me agrada el silencio que queda después: ya no escucho las quejas, ya no escucho las quejas de nadie. Desconecté el teléfono, así ya no tendré que preocuparme si llama la vecina preguntando por el silencio. Le diré que no es nada si llama a la puerta; si entra a la casa, le diré que vea las tijeras ensangrentadas; si intenta llamar a la policía, no podrá porque desconecté el teléfono. Me gusta la idea, ¿sabes? Debería hacerlo más seguido. Es bueno para el estrés; mucho mejor que ese club de optimistas que anuncian en la radio. Hace siglos que no escucho radio; lleva tanto tiempo descompuesto y no lo he podido llevar a arreglar. Quizá pueda desatornillarlo con las tijeras… espera, no puedo. Están manchadas de sangre, ¿recuerdas?

domingo, 28 de octubre de 2007

Welcome

Este es el blog dedicado a mi producción literaria. Esto es sólo una bienvenida; después empezaré a publicar, desde lo ya conocido hasta lo nuevo. Gracias.