martes, 30 de octubre de 2007

Las Tijeras

(Texto publicado en la revista virtual Los Memoriosos, de la Preparatoria Tomás Alva Edison, #4, enero del 2005.)



¡Maravillosa, simplemente maravillosa! Es así como me veo blandiendo mis tijeras filosas en tu espalda. Ah, ¿te preguntas por qué están sucias? No sé, ya perdí la cuenta de las veces que las he clavado. Me agrada el silencio que queda después: ya no escucho las quejas, ya no escucho las quejas de nadie. Desconecté el teléfono, así ya no tendré que preocuparme si llama la vecina preguntando por el silencio. Le diré que no es nada si llama a la puerta; si entra a la casa, le diré que vea las tijeras ensangrentadas; si intenta llamar a la policía, no podrá porque desconecté el teléfono. Me gusta la idea, ¿sabes? Debería hacerlo más seguido. Es bueno para el estrés; mucho mejor que ese club de optimistas que anuncian en la radio. Hace siglos que no escucho radio; lleva tanto tiempo descompuesto y no lo he podido llevar a arreglar. Quizá pueda desatornillarlo con las tijeras… espera, no puedo. Están manchadas de sangre, ¿recuerdas?

1 comentario:

Emiliano Álvarez dijo...

Buscaba una pista totalmente certera de que esta bloggera fueras tú, y mira que este texto es inconfundible. Simplemente muuuuuuuuy bueno. Felicidades por las correcciones a los otros, eso del trabajo siempre da frutos.