(Texto terminado.)
Se abre el telón. El espectador disfruta una pieza teatral llena de música y bailables. Sale; es tarde, pasa por un callejón oscuro. Ahí hay un ladrón quien le exige la cartera o la vida. El hombre se niega y el ladrón le dispara.
Telón.
La joven se queja con su novio de que la llevó a ver una obra muy violenta. El final del ladrón no le gustó nada. Él, sin pensar, le dice que ella no aprecia el buen arte. Ella se enoja aún más; viejos rencores comienzan a salir por su boca. Él intenta disculparse; en vano. Ella se va y él se queda observándola hasta que desaparece.
Telón.
El viejo acaba de leer la obra que habla de este amor perdido y va hacia su ventana, apoyándose en el barandal de su balcón. Por la calle, una joven hermosa, vestida con un atuendo ligero, camina despreocupadamente. El viejo se recarga en el barandal para verla antes de que doble la esquina; el barandal, oxidado y maltratado por los años, cede bajo su peso y el viejo cae desde el tercer piso.
Telón.
Dios observa todo lo que pasa en el teatro del mundo. El viejo le ha llamado la atención. Quiere un momento solo para reflexionar sobre estas situaciones en el escenario que ha creado, mas en ese momento llega un ángel y le anuncia que ha habido un golpe de estado; tienen que huir a cielo alto, paro ya es tarde: los demonios han llegado y conquistan el trono supremo.
Telón.
El escritor observa el borrador que marca el argumento de esta obra. Lo convence el hecho de que no es buena, la rompe y la tira a la basura.
Telón.
lunes, 19 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
Un verdadero orgasmo desde el primer borrador. Gracias por subirlo. Ya me estoy poniendo al corriente de todas tus anotaciones, jejeje...
Me ha gustado, querida. Eres genial en construir ideas estruvturadas. Me gusta como poco a poco metes la ambientación y no hay nada que choque con otra idea. Un gran texto.
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